La seguridad de las aplicaciones se centra en salvaguardar los datos y códigos dentro de una aplicación, tanto durante su desarrollo como después de su distribución. Esto implica consideraciones de seguridad durante el diseño y desarrollo de aplicaciones, así como la implementación de sistemas y medidas para protegerlas. Estas medidas pueden abarcar hardware, software y procedimientos, con el objetivo de identificar y mitigar vulnerabilidades.
Ejemplos incluyen enrutadores que protegen las direcciones IP y cortafuegos de aplicación que regulan actividades permitidas y prohibidas. Los procedimientos pueden incluir pruebas periódicas para garantizar la seguridad continua de las aplicaciones.